domingo, 10 de julio de 2011

2 mitos no muy buenos

Hola, hoy encontre dos mitos urbanos no muy buenos, pero estoy escribiendo un cuento, asi es, sera el primer cuento de este blog, y aqui van los mitos:

Cuando el Borda se llenaba de luz:

Solaris, el ser de otro planeta que llegó al Hospital José T. Borda e iluminó a los internos con sus fiestas energéticas” también alimenta los mitos porteños. Durante su estadía en el neuropsiquiátrico, Solaris –a quien describen como alguien delgado, de ojos grandes, muy blanco y completamente lampiño– se reunía con alrededor de 50 internos para recitar un mantra.
Durante el rito, los testigos afirman que parecía iluminarse.
Si bien los médicos tienen argumentos para explicar este caso, hay hechos oscuros. Aparentemente, Solaris –quién desapareció un 25 de diciembre– dejó escritos indescifrables que, a pesar de ello, tienen coherencia interna.
Además, cuentan que el grupo sanguíneo de este hombre que decía ser un alien no encaja con ningún patrón conocido.


En la Costanera vive el Reservito:

Así como el Lago Ness de Escocia tiene su propio monstruo y el Nahuel Huapi esconde al suyo, algunos aseguran que en la Reserva Ecológica Costanera Sur también habita un animal misterioso, mitad rata, mitad perro, apodado “Reservito”. Una de las hipótesis que se barajan afirma que los reiterados incendios que azotan a la Reserva son producidos intencionalmente con el objetivo de liquidar a Reservito, que en más de una ocasión atacó a algún desprevenido.


Asi que preparense, pronto llegara la gran historia. Recomienden este blog, porfavor.

viernes, 1 de julio de 2011

El hombre sin ojos

Hola, hase mucho que no publico un mito nuevo. Pues aqui les traigo el mito "el hombre sin ojos":

Por los vagones de la línea Mitre deambulaba un hombre sin párpados.
Según dicen, siempre subía o bajaba del tren en la Estación Coghlan y murió en circunstancias de lo más raras. Para algunos, contrajo una terrible infección en los ojos. Para otros fue víctima de un accidente o, peor aún, se suicidó arrojándose a las vías. Barrantes y Coviello cuentan que, cuando investigaron este mito, les llamó la atención encontrar que de las ocho personas que estaban en el andén, seis de ellas miraban los rieles, como si estuvieran buscando los ojos del hombre sin párpados, a los que algunos les atribuyen poderes.

jueves, 26 de mayo de 2011

Felicitas, la iglesia y su fantasma:

Hola, aqui un nuevo mito nombrado Felicitas, la iglesia y su fantasma. Para mi, cuando lo lei me intereso mucho. Aqui va:

Felicitas, la iglesia y su fantasma:

Joven y bella, Felicitas se casó en 1862 con Martín de Alzaga, un hombre mayor y acaudalado. Al año siguiente, y después de perder a su único hijo, Felicitas quedó viuda. Tenía apenas 26 años, una de las fortunas más grandes de la Ciudad y muchos pretendientes. Uno de ellos, Enrique Ocampo, supo que un rival, el estanciero Samuel Sáenz Valiente, era el verdadero amor de la dama.
Enfermo de celos, Ocampo le disparó a Felicitas un tiro por la espalda y al instante se suicidó. Los Guerrero mandaron construir en homenaje a su hija una capilla. Está en Isabel La Católica, entre Pinzón y Brandsen.
“Es una historia trágica de amor que dio lugar a muchos mitos”, cuenta Diego Ziggioto, a cargo de la empresa Horizontes que realiza circuitos turísticos no convencionales. Los vecinos dicen que
cada 30 de enero, fecha de su muerte, aparece el fantasma de Felicitas, que vaga ensangrentado.
“Muchas mujeres cuelgan cintitas de la reja, porque si uno se agarra fuerte conseguirá el amor de su vida, y si ya lo tiene, lo conservará. Es una de las historias preferidas por las chicas, que corren a agarrarse de las rejas apenas la escuchan”, dice el guía. FIN.



Luego mas mitos y leyendas urbanas.

martes, 17 de mayo de 2011

Ajos contra el enano vampiro

Hola. Aqui otra leyenda, nombrada Ajos contra el enano vampiro. La leyenda es asi:

Ajos contra el enano vampiro:

Se trata de uno de los relatos más fascinantes del libro “Buenos Aires es leyenda”. Tiene como protagonista a Belek, un enano que llegó a Buenos Aires con el Circo de los Zares a fines de los 70. Belek, que provenía de la zona de los Cárpatos –como el conde Drácula–, fue expulsado luego de que el dueño del circo, Boris Loff, el Hombre Bala y la Mujer Barbuda lo encontraran prendido al cuello de Vera, una mono tití. Pero el mito de Belek, el enano vampiro, apenas comienza allí. El verdadero horror se desató cuando se refugió en una casa semiabandondada del Bajo Flores y los gatos del barrio comenzaron a desaparecer misteriosamente.
La leyenda cuenta que la gente protegió sus casas con ristras de ajo y todos llevaban crucifijos por miedo a sus ataques. Una noche de invierno, los hombres del barrio cazaron al enano vampiro con la red de un arco de fútbol, cerca de la estación Flores, pero se les escapó. Aseguran que aún vive en el cementerio de Flores y sigue haciendo de las suyas.




Aun tengo mitos y leyendas urbanas mejores y mas largas que esta. Asi que tengan pasiensia.

lunes, 9 de mayo de 2011

Habitacion oscura

Esta leyenda me encanto y quiero compartirla a todos. Se llama Habitacion oscura. Aviso que esta escrita en 1ra persona. Y aqui va:

Habitacion oscura:

Me desvelé.
Me incorporé levemente para ver a mí alrededor y la oscuridad me recibió. Nadie.
Un ronquido lejano me indicaba que mi padre estaba durmiendo plácidamente en su habitación y que mi madre, probablemente, estaba con él. Yo era la única alma que no estaba en paz aquella noche.
Aquella noche en la que estaba todo en calma. Aquella noche que tenía como sonido el silencio, ese precioso silencio en el que uno puede oírse pensar.
Aquella noche oscura en la que uno podía ver, a pesar de todo, lo que tenía en torno a sí.
Decidí levantarme. La sed me estaba matando. Bajé a la cocina, a tientas.
Mis pies desnudos se posaban suavemente sobre los escalones.
Producían un ruido agradable en aquel inmenso silencio.
Llegué al final, despabilándome a cada escalón que había ido bajando.
Torcí a mi derecha y tropecé con una silla. El silencio de la noche se vio súbitamente alterado por un golpe seco de mi cuerpo contra el suelo. Me puse en pie lentamente, asimilando el peso de mi cuerpo y escuchando atentamente. Había otro ruido allí, próximo a mí, y que no eran los ronquidos de mi padre. Volví la cabeza a la izquierda, de donde procedía el ruido, y me topé con la puerta del escritorio entreabierta. Sorprendido a más no poder, caminé hacia el despacho dulcemente, como si mis pies estuvieran masajeando el suelo porque por allí había tirado un cable en el suelo.
Abrí la puerta con suavidad y decisión. De allí procedía aquel misterioso sonido.El ordenador estaba encendido. La habitación estaba a oscuras, tan sólo iluminada por el tenue resplandor de la pantalla del ordenador.
“¿Y esto?”, pensé entonces, “¿qué hace encendido?”.
Me acerqué para apagarlo. No tuve que apartar la silla, pues ya lo estaba, como si alguien hubiera estado sentado en aquel lugar y se hubiera marchado nada más oír mi espectacular bajada.
Entorné los ojos, la luz me molestaba, y observé lo que había en la pantalla.Apareció un documento de Word abierto. La barra del cursor parpadeaba todavía al final del texto y decenas de palabras,  frases y pequeños párrafos precedían a esa barra. Aquel texto era este. Lo leí concienzudamente. Describía paso a paso lo que había hecho desde que me había despertado. Pero aquel texto tenía un final que yo todavía no había vivido.
Ese final no estaba terminado aún y la barra del cursor estaba al lado de la palabra “entonces”. Aterrado, di un paso atrás y me alejé del ordenador y de aquel malévolo documento de Word. Lo cerré y apagué el ordenador. Había bajado a beber agua y eso era precisamente lo que iba a hacer.
Anduve raudo hacia la cocina. Mis pies pisaron el frío suelo del salón sin perturbación alguna. Hasta que llegué a la mesa del salón.De allí abajo salió un cable, aquel cable que yo temí pisar anteriormente. El problema estuvo en que no lo pisé, me enredé en él. Caí al suelo. Mi cabeza paró el golpe. Era la segunda vez que me iba al suelo aquella noche, pero en esta no conseguiría levantarme. Llevé mi mano a la cabeza. Un líquido espeso encontré por el camino. Empapaba mi pelo y el suelo y no paraba de manar de alguna parte. La vista se me nubló. Tenía ganas de descansar, el horrible deseo de dormir cuando no te quieres ir a la cama.
Mis párpados se cerraron y me terminé de desplomar sobre el suelo.
Aún tenía la boca seca.
“Entonces, aquel chico caminó con rapidez hacia la cocina. La prudencia que tuvo a la ida no la tuvo a la vuelta. Se enganchó con un cable que había salido de nadie sabe dónde y se partió el cráneo.”

domingo, 8 de mayo de 2011

El gigante de Once que salva vidas

Hola. Esta es una nueva leyenda urbana, no tan popular como las otras, pero a mi me gusto. Se llama "El gigante de Once que salva vidas". Disfrutenla:

El gigante de Once que salva vidas:

Según cuenta una historia de larga data, por las calles de Once vaga un personaje de casi tres metros de altura que cuida a los habitantes del barrio. Este gigante "bonachón" ha salvado a víctimas de choques y ha espantado a más de un malhechor, o al menos esto es lo que narran los vecinos de Balvanera que confían en su presencia protectora. Algunos afirman que este ser es el mismísimo Golem, un hombre artificial creado en el siglo XVI por un rabino de Praga, llamado Judah Loew ben Bezabel. Si bien la historia oficial habla de un solo Golem, otros afirman que Bezabel creó trece de estos humanoides de arcilla y que uno de ellos
llegó a Buenos Aires, de la mano de un rabino, con los inmigrantes judíos.
De allí en más, la historia se bifurca en varias versiones: algunos cuentan que antes de morir el rabino encerró al gigante en una habitación a la que nadie puede entrar, que estaría en el anexo de un hospital, en Caballito. Otros creen que vive en un callejón oculto, que podría ser el pasaje Colombo o el Victoria. De una u otra forma, hay vecinos que aseguran que el gigante le salvó la
vida a más de uno.


  Y esa fue la leyenda de hoy, y tengo mas y mejores. Bye.

sábado, 7 de mayo de 2011

Dos leyendas populares.

Aqui les traigo mis dos primeras leyendas. La primera se llama La curva de Torresca, y la segunda Autopista fantasma.

La curva de Torreseca:

 Es la conocida leyenda de La curva de Torreseca:
Según cuenta esta leyenda en particular, el evento tuvo lugar durante una noche lluviosa: sobre las 11:45 p.m. una pareja de recién casados disfrutaba de su viaje de novios; ambos estaban felices, aunque el muchacho conducía de una manera temeraria y la chica le preguntó:

  • ¿No crees que vas muy deprisa?
  • ¡No! -dijo él- ¡Vamos, voy a setenta!
  • Sí, pero está lloviendo -replicó ella cada vez más inquieta.
  • No te preocupes...
Justo después, el coche patinó, se deslizó por la carretera y cayó por el barranco al pie de una curva muy cerrada; los dos murieron en el acto. y alertaba a los conductores sobre el terrible peligro que allí se hallaba.


Autopista fantasma:

La leyenda cuenta que una joven vestida de blanco con un vestido rasgado (a veces de novia y otras de luto) se manifiesta frente a los viajeros a la vera de los caminos, por lo general cerca de una curva peligrosa. Les pide a éstos que la lleven; cuando sube, se dice que transcurre un tiempo en absoluto silencio hasta que ella, misteriosamente, desaparece del vehículo en movimiento. Se suele contar luego que el viajero termina enterándose que la mujer había muerto en un accidente o de alguna forma trágica. La versión que la viste con traje de bodas afirma que murió con su novio.
El propósito de la aparición varía: en ocasiones, alerta al conductor sobre una curva peligrosa, precisamente aquella en la que murió; otras veces, causa la muerte del conductor, al no alertarle del peligro de la curva.



Luego les traere mas leyendas.